jueves, 17 de mayo de 2012

PATRONES DE RECUPERACION EN PACIENTES BILINGUES AFASICOS

En cuanto al tema de afasia y bilingüismo, en esta entrada yo voy a hablar sobre   los patrones de recuperación de los pacientes y algunos ejemplos.

     Actualmente hay una gran variabilidad en los patrones de recuperación de los pacientes.

     Pitres en 1895 estableció tres patrones básicos de recuperación de los lenguajes: recuperación paralela de las dos lenguas, recuperación selectiva de una de las lenguas, mientras la otra permanece alterada y la recuperación sucesiva de una lengua seguida de la otra. En el caso de la recuperación selectiva, ésta tenía lugar en la lengua que era más familiar para el paciente antes de sufrir el accidente cerebral, coincidiendo la mayoría de las veces con la lengua materna del paciente.  

    Fabbro  analizó todos los casos clínicos de pacientes afásicos bilingües y multilingües publicados hasta el año 1999 y observó que el 60% de los casos presentaban un patrón de recuperación diferencial de una lengua. En  concreto, el 32% de los casos recuperó mejor la primera lengua, mientras que el 28% recuperó mejor la segunda.
Un ejemplo de una mejor recuperación de la primera lengua es el caso de una mujer cuya primera lengua era el francés y que además hablaba  italiano de forma fluida. Esta mujer sufrió  un accidente vascular cerebral   que le provocó una afasia que únicamente le permitió producir la palabra oui (sí) durante los primeros días posteriores a la lesión. Progresivamente fue recuperando la producción del lenguaje. Aunque la paciente hablaba en francés con un acento extranjero y construía oraciones de forma incorrecta, cuando hablaba italiano las alteraciones fueron bastante más severas.

    También se conoce el caso de otra paciente políglota de 60 años . Aunque su primera lengua era la hebrea, durante la escolarización aprendió a hablar búlgaro, llegando a ser su segunda lengua. A la edad de 34 años se trasladó a Belgrado, donde aprendió a hablar serbio. La paciente continuó hablando en hebreo y en serbio, olvidando completamente el búlgaro. Posteriormente a la lesión, la paciente no podía hablar, limitándose a gesticular. Al cabo de un mes ya podía repetir palabras, pero la producción oral espontánea no tuvo lugar hasta pasados dos meses, momento en el que la paciente podía producir oraciones en hebreo y en búlgaro. La paciente podía entender el serbio pero no hablarlo, a pesar de haber sido la lengua que más había utilizado durante los últimos 25 años.

     Sin embargo, también se han presentado estudios de casos de pacientes afásicos políglotas que recuperaron mejor  la segunda lengua que la primera, contradiciendo la ley de Pitres. Por ejemplo, el caso de un paciente suizo-alemán que a la edad de 44 años sufrió una embolia que le provocó una afasia. La primera lengua del paciente era suizo-alemán, mientras que en la escuela aprendió a hablar y escribir alemán estándar. Durante la adolescencia se trasladó a Francia donde aprendió a hablar francés fluidamente. Con 25 años volvió a suiza y empezó a hablar únicamente en su lengua materna (suizo-alemán), aunque continuó leyendo en francés. El primer día del accidente el paciente no podía hablar ni entender ninguna de las lenguas, recuperándose la comprensión de todas ellas durante el siguiente día de hospitalización. Tres días después, el paciente empezó a hablar francés y posteriormente alemán estándar de una forma relativamente fluida. Sin embargo, su primera lengua (suizo-alemán)  no empezó a utilizarla  hasta que pasó un mes.

        Basandose en los diferentes estudios de casos de pacientes  bilingües y multilingües Minkowsky  estableció varios  factores  que según el influían  en la mejor recuperación de la segunda lengua: el grado de familiaridad de la lengua;  el factor visual o   frecuencia con la que los pacientes leen y escriben en esas lenguas;  el factor afectivo, cantidad de experiencias tanto positivas como negativas en relación a esas lenguas; y el factor ambiental entendido como la lengua que el paciente empezó a oír y a hablar en el hospital.
Además de otros como las estrategias aplicadas durante el proceso de adquisición de la lengua y factores lingüísticos  y orgánicos, como la proximidad con las lenguas o la edad del paciente.

     Paradis  afirmó que el 40% de los casos de afasia bilingüe exhibían un patrón de recuperación paralela, donde todas las lenguas se recuperaban a la vez y con el mismo grado de eficacia. Además incluyó otros patrones como el antagónico, donde un lenguaje se recupera mientras el otro involuciona, o incluso se llegó a hablar de personas que manifestaban una alternancia diaria de la disponibilidad de los diferentes lenguajes que habían sido capaces de hablar.

      Otros estudios también han comprobado que, aunque se pueden dar distintos patrones de recuperación en los pacientes afásicos, el patrón más común es el de recuperación paralela. Por ejemplo, Fabbro  presentó los resultados obtenidos en el estudio de veinte pacientes afásicos, bilingües del italiano y del friulan. Todos los pacientes habían sufrido una lesión cerebral que les afectó al hemisferio izquierdo, manifestándose de distintas formas . De los veinte pacientes, diecisiete tenían como primera lengua el friulan y tres el italiano, aunque todos habían aprendido la segunda lengua durante la infancia y las utilizaban indistintamente. Tras una investigación observaron que la mayoría de los pacientes  presentaron un patrón de recuperación paralela de ambas lenguas, seguido de cuatro pacientes (que manifestaron una mayor alteración de la segunda lengua y de tres pacientes  que mostraron una mayor alteración
de la primera lengua. Los casos de recuperación paralela sugerirían que los centros
anatómicos de las diferentes lenguas son comunes. Sin embargo, los casos de
patrones de alteración y de recuperación diferencial de las lenguas dejarían abierta
la posibilidad de que las representaciones cerebrales fueran distintas.


  Finalmente parece que se ha llegado a la conclusión que  la recuperación de las lenguas dependerá sobre todo de la estructura de los lenguajes.

  Así por ejemplo un paciente afásico bilingüe de dos lenguas con una estructura similar como el italiano y el friulan  tendría un patrón de recuperación paralelo en ambas lenguas, siendo los errores distintos en aquellos aspectos en los que ambas lenguas difieran.
      En el experimento llevado a cabo por Fabbro , a partir del análisis de cinco minutos de habla espontánea de cuatro pacientes no fluidos de los veinte mencionados anteriormente,   observó patrones de recuperación paralela con errores muy similares en aquellos aspectos en los que coincidían el italiano y el friulan. Los errores mostrados por los pacientes que variaron a través de las lenguas estuvieron relacionados con características distintas de ambas lenguas, como por ejemplo el uso de los pronombres personales.

 Entonces Favor basándose en esto propuso que los  factores que hasta el momento se habían considerado prioritarios y esenciales en el proceso de recuperación de las lenguas,  en realidad apenas influían, como por ejemplo  que fuera la primera o la segunda lengua,  que fuera la lengua  más utilizada socialmente o  con una mayor carga afectiva para el paciente no tienen porque verse afectadas en menor intensidad o de forma distinta que la segunda lengua o menos utilizada y cargada emocionalmente o factores como el tipo  de lesión o enfermedad que  hubiera provocado la afasia en el paciente  (tumor, infarto o hemorragia) o lugar ( cortical vs subcortical, frontal vs temporal, etc.) de la lesión, o el tipo de síndrome.



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