La producción del lenguaje ha sido hasta hace poco un proceso poco
conocido, debido a las dificultades de tipo metodológico que lleva
consigo el poder estudiarlo a través de métodos experimentales, por lo
que ha sido abordado con escepticismo por los psicólogos científicos y
relegado a un segundo plano, dando prioridad a la comprensión del
lenguaje que es más abordable experimentalmente. El investigador al
responder a la pregunta ¿qué hacen las personas para decir aquello que
han pensado decir? (¿de donde vienen las oraciones?), tiene que explicar
como experiencias internas, es decir algo privado y no observable se
transforma en algo que puede ser percibido, analizado e interpretado por
otras personas, es decir en algo observable. El investigador debe
abordar un proceso que sólo es observable en su última fase. A
diferencia de lo que ocurre con la compresión, el investigador ahora no
manipula o controla las variables que influyen en el imput (ideas,
creencias o motivaciones del hablante), ni tampoco puede restringir los
tipos de respuestas que el sujeto debe dar, sino que dispone de un
output (cadena de sonidos que constituyen el habla, o los signos que
constituyen la escritura) que sí es directamente observable y a la vez,
medible. Pese a las limitaciones metodológicas, en los últimos años los
investigadores han conseguido desvelar, muchos de los secretos de este
escurridizo proceso.
PROCESOS DE PRODUCCIÓN DEL LENGUAJE:
La
actividad del habla se asienta en tres tipos de procesos: 2. Procesos
cognitivos y motivacionales: No son exclusivos o específicos de la
actividad lingüística. Estos procesos o facultades mentales horizontales
no son todavía lenguaje en sentido estricto. Para que el proceso de
comunicación sea eficaz se tienen que utilizar combinaciones de signos
que puedan ser descifrados e interpretados adecuadamente por sus
interlocutores. Esto da paso al segundo procesos. 2. Procesos
lingüísticos y gramaticales: Para comunicar lo que deseamos no
utilizamos series aleatorias de palabras, sino que construimos oraciones
significativas y gramaticalmente aceptables, por lo tanto en el proceso
de producción del lenguaje tan importante como señalar la participación
de facultades mentales de las llamadas horizontales, será analizar en
que forma los sujetos, al codificar y producir sus mensajes, aplican un
tipo de conocimientos muy específico (su conocimiento de la gramática de
una lengua) y cuáles son las operaciones computacionales que se
requieren para el tratamiento de la información gramatical durante la
codificación o elaboración de tales mensajes. Los procesos anteriores
(cognitivos y gramaticales) pueden ser necesarios, pero no suficientes
para caracterizar la producción verbal. El sujeto habla para algo:
informar, peguntar, pedir, o para contactar con otros, lo que daría paso
al siguiente proceso: 3. Procesos comunicativos e instrumentales: La
actividad del habla es, además de un procesos cognitivo y lingüístico,
una actividad instrumental y de interacción social. Las personas
generalmente hablan en contextos interactivos con el objeto de producir
cientos efectos sobre sus interlocutores; para ello construyen y emiten
las formas lingüísticas que consideran más eficaces en cada ocasión, es
decir, en función de cuál es el contexto comunicativo, quién es el
interlocutor y cuál el motivo o propósito de la conversación, los
sujetos aplican un estilo u otro de lenguaje y utilizan unas formas
lingüísticas u otras. Por todo ello la producción del lenguaje debe ser
interpretada como un proceso comunicativo con repercusiones sociales.
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